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Luego Hablamos

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Otro día igual. Yo entre canciones de Sabina, chupitos, cubatas, cervezas y cajetilllas de tabaco. Tú entre preguntas que nunca encuentran interrogatorio. Tú entre paseos que nunca tienen acera de vuelta. Tú entre caminos que nunca tienen final. Tú entre recuerdos que no pasan de moda. Tú entre besos que no se secan. Tú entre abrazos que no se despegan. Tú entre miradas que no se desvían. Tú entre “te quiero”s sin destinatario . Tú entre “yo ya no quiero estar contigo”; tú entre un “¿y si nos vemos?”; tú entre un “ya no te quiero”; tú entre un “quiero volver a verte, pero ya no”. Tú entre “¿cuándo nos vemos?” y “¿dónde estás? Pero no me digas cuándo”. Tú entre “¿qué bebes?”; tú entre “yo sólo agua, pero lo que tú pidas”. Tú entre “¿qué haces?”. Tú entre… Tú, entre fantasía.

Una vez, significa “una vez”. No dos; y está claro que menos múltiplos. El destino es una ilusión, y los ilusos somos víctimas del destino. Los hímenes se rompen una vez, pero la virginidad se pierde las veces que quieras. Un beso puede ser el primero y el último. Un beso puede no acabar.

Romper no siempre significa romper. Romper con violencia es lo mejor. Romper con cautela destroza. Puedes privar, quitar, alejar, apropiar… pero no siempre romperás. Existen relaciones que eximen el “hasta luego”. Existen lugares que sólo dos comprenden. Existen lugares a los que sólo tú y yo nos iríamos con nosotros. Existen lugares.

Desde que dormimos menos, soñamos más. Ni por dormir menos veremos antes el Sol, ni por soñar mejor nos levantaremos con mejor cara. Cualquier recuerdo de una sonrisa puede ser mejor que cualquier foto que tengas contra el espejo. Cualquier sábana mojada que tenga por ti va a ser mejor que el edredón que me caliente y haga sudar de noche.

Es lo más difícil. Olvidar a quién quieres. Dejar de querer a quién tratas de olvidar. Querer olvidar a quién no deberías querer. Querer a quien tratas de olvidar. No olvidar a quién deberías pero quieres olvidar. Dejar de cumplir promesas, porque “al final las mejores promesas son esas que no hay que cumplir”. Olvidar esos tatuajes que nadie ve. Ocultar aquéllas marcas que sólo tú puedes notar.

Se nos pierde al final saber quién somos. Sólo por querer saber con quién vamos a estar, sin saber que siempre vamos a estar con nosotros. Sin saber que siempre seremos uno, aunque no sepamos quién es la otra mitad; sin que sepa la otra mitad que será nuestro otro medio. Sin que los dos sepamos que ya nos conocemos, pero aún no nos vimos.